En los días previos al encuentro de los jóvenes con el Papa en Madrid, las jornadas conocidas como “Días en las diócesis”, un grupo de diez y siete chicos y chicas filipinos han convivido con nosotros. Llegaron en la madrugada del 10 de agosto y se trasladaron a Cáceres el día 14. Desde allí partirían al día siguiente para Madrid donde participaron en la Jornada Mundial de la Juventud.
Gracias a la atención del Ayuntamiento se albergaron en la Casa de Cultura, donde se fueron instalados unos colchones, amablemente cedidos por el grupo folclórico “Stmo. Cristo del Risco”. Realizaron los desayunos, comidas y cenas en la Casa Parroquial, en cuya elaboración contribuyeron los diversos grupos de la parroquia y otras personas individualmente.
A pesar del calor tan fuerte que hizo en los primeros días pudimos seguir un calendario bastante apretado: visita y oración en la iglesia parroquial y en las ermitas del Stmo. Cristo del Risco y de San Isidro, visita al centro de recuperación de animales “Los Hornos”… y tampoco faltó algún rato de baño en la piscina municipal.
Dos días completos transcurrieron fuera de Sierra de Fuentes: el viernes, 12 de agosto, participamos en un encuentro arciprestal que se desarrolló en Montánchez y el día 13 fueron con todos los peregrinos que había en nuestra diócesis a Fátima. Algo que todos ellos esperaban con entusiasmo.
Muy especial fue para todos el último día, el domingo, cuando celebramos la Eucaristía en la iglesia. Allí cantaron ellos el “padrenuestro” en su idioma y lo rezamos en español y una chica filipina, Kuh Belarmino, nos emocionó con su tema “Te doy mi corazón”, que, haciendo un gran esfuerzo, interpretó en castellano.
Casi todos los que les habíamos acompañado en estos días pudimos comer junto a ellos ese día y nos despedimos de ellos, satisfechos por lo mucho que habíamos disfrutado y, al mismo tiempo, con pena por la separación. Ellos nos dejaron algunos recuerdos de Filipinas y nosotros les entregamos un libro sobre los misioneros extremeños que fueron a Hispanoamérica y Filipinas, y en el que cada uno pusimos nuestra dedicatoria.
Aunque la distancia es mucha, las nuevas tecnologías (informática, internet, etc.) nos permiten seguir en contacto, mientras en nuestra memoria permanece una palabra que en su boca escuchábamos constantemente: “¡gracias!”.
Marie Relucio, en un artículo que publicaba en la página Web de su asociación, se refería a la “buena gente de Sierra de Fuentes”…. Y es que nada hay tan hermoso que dar y darse sin esperar nada a cambio. ¡Gracias a vosotros “los filipinos de Sierra de Fuentes”.
Jesús Moreno Ramos